Durante todo el año anterior a esta intervención quirúrgica, la mujer debe haber estado tratada con hormonas, y debe haber presentado un informe que confirme la condición de transexual, para que el cambio físico a mujer se haga dentro de los límites psicológicos y legales vigentes en este momento.
Sabiendo esto, no es fácil identificar a aquellas personas que se sientan mujeres encerradas en cuerpos de hombres, ya que suele ser un tema encubierto en nuestra sociedad, y hasta que la persona no da el paso definitivo de operarse y cambiar de sexo, todo lo anterior es un sufrimiento continuo por defender su propia identidad sexual.
La decisión a la hora de plantearse este tipo de operación de cambio de sexo debe ser consciente en todo momento, y por supuesto, totalmente libre, y por parte del equipo médico debe haber expresión plena de los posibles riesgos que esta intervención puede ocasionar en los organismos, que en parte se consideran normales dentro de cualquier cirugía, y de forma concreta, existen adaptaciones del cuerpo a nuevos órganos que requieren de tiempo y paciencia por parte de la paciente.
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En una primera consulta, y después de haber confirmado que toda la información relativa al cambio de sexo está en conocimiento de la paciente, se procede a explicar con más detalles los pormenores de la operación en sí.
Los resultados que se obtendrán pueden ser diferentes a los que se obtengan, ya que contamos con una teoría que según el caso personal, en la práctica varía de una persona a otra.
Se trata de una intervención compleja, pero las complicaciones que se generan son mínimas, y con antelación se puede predecir el aspecto que tendrá la vagina definitiva de la paciente a lo largo de unos meses.
La duración de la operación de cambio de sexo suele ser de unas 4 horas, en las que se realizan distintos pasos en un orden concreto, y con unos objetivos bien definidos en cada caso.
Esos pasos van en la línea de que hay que transformar los genitales externos masculinos, como el prepucio, el grande y el escroto, en genitales internos y externos femeninos, que son la vagina, el clítoris y los labios mayores.
Algunos detalles de esos pasos los exponemos a continuación, la piel del pene suele servir para recubrir el espacio nuevo que se crea, que es la vagina, y con un trozo de glande y los nervios dorsales del pene, se reconstruye el clítoris. Por otro lado, la uretra se corta hasta la altura de la entrada vaginal. La cirugía de cambio de sexo finaliza con la eliminación de los testículos y el escroto, los cuales se reconstruyen para dar forma a los labios mayores.
Una vez finalizado todo el proceso quirúrgico, se procede a colocar un tapón vaginal que ocupará la nueva vagina por completo, con el fin de que se vaya haciendo hueco dentro, y sobretodo, al principio, las paredes se vayan adaptando a esa nueva forma.
Al menos 5 días debe estar el tapón vaginal en el interior de la mujer, lo cual obliga a mantener ingresada a la paciente y que permanezca encamada, ya que de ponerse de pie existe el riesgo de que el tapón cayese.
La orina se eliminará por una sonda en la vejiga, y bajo ningún concepto la paciente podrá levantarse de la cama, lo cual puede incomodar el proceso de recuperación, pero es totalmente necesario que el tapón haga que las paredes fijen su nueva forma en el interior.
Al quinto día de la intervención, se procederá a retirar el tapón vaginal, pero aún así el ingreso durará hasta el sexto día, momento que se dedica a dar unas instrucciones breves sobre la forma de asumir la nueva situación.
Las dilataciones de la vagina se llevarán a cabo a partir de la tercera semana de la cirugía de cambio de sexo, con un dilatador médico concreto, y con la pauta de que el proceso de dilatación debe hacerse por lo menos de 15 minutos, durante los seis primeros meses tras la intervención.
Una semana después de comenzar con las dilataciones vaginales, se permite la realización de coitos, que liberan del proceso de dilatación con los dilatadores específicos, el mismo día que se haya tenido un coito.
En definitiva, la neovaginoplastia aporta unos resultados excelentes para las pacientes, las cuales se apoyan desde el principio en todo el equipo médico que ha hecho posible que su vagina sea tan válida como la de las mujeres desde el inicio.
El aspecto natural de las vaginas que hemos operado en nuestros centros médico estéticos de Madrid, sirven de referencia para muchas otras pacientes que a día de hoy se están planteando la reafición de ese tipo de intervención de cambio de sexo.
La neovaginoplastia mediante la inversión de la piel del pene presenta buenos resultados de forma consistente. Permite conseguir vaginas anchas y profundas apropiadas para realizar coitos con penes normales. Estéticamente el aspecto que puede alcanzar es muy natural.
La decisión a la hora de plantearse este tipo de operación de cambio de sexo debe ser consciente en todo momento, y por supuesto, totalmente libre, y por parte del equipo médico debe haber expresión plena de los posibles riesgos que esta intervención puede ocasionar en los organismos, que en parte se consideran normales dentro de cualquier cirugía, y de forma concreta, existen adaptaciones del cuerpo a nuevos órganos que requieren de tiempo y paciencia por parte de la paciente.
Con el programa de seguimiento específico de la Clínica Sarmentero tendrás a tu completa disposición un amplio y personalizado seguimiento de tu caso.
El Dr. Esteban Sarmentero Ortiz es especialista MIR en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora (Hospital Ramón y Cajal de Madrid). Ha realizado ampliaciones de formación en:
Es coautor de 4 libros y autor de numerosos artículos en revistas médicas nacionales e internacionales. Es miembro numerario de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE) y ejerce la actividad privada.
Mediante la cirugía reparadora, se reconstruyen partes del cuerpo dañadas.