Una mama tuberosa es aquella que se presenta en forma de tubo, y están dispuestas de forma asimétrica respecto al resto del cuerpo, de forma que la paciente se suele encontrar incómoda con esa disposición mamaria, y suele tomar la decisión de cambiarla mediante cirugía de los senos.
La mama suele presentarse con caída acusada y con una areola más grande de lo normal, en cualquier caso, es decisión de la afectada, si debe someterse a la intervención quirúrgica, ya que en el plano médico no supone ninguna deficiencia respecto a una forma normal, salvo en ocasiones en las que el aspecto de la mama, puede provocar importantes alteraciones psicológicas. En resumidas cuentas, contar con una cirugía que ponga remedio a este tipo de formaciones poco habituales en los senos de una mujer, como es la mama tuberosa, es una gran ventaja que una vez más, vienen de la mano de nuestros profesional cirujano estético-médico, el doctor Sarmentero.
Pacientes que presenten esta deformidad y deseen mejorar el aspecto estético de su pecho.
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Como ya se ha adelantado en anteriores párrafos, la mama tuberosa tiene forma de cilindro o de tubérculo, y su volumen suele estar atrofiado o hipertrofiado.
Se trata de una anomalía en la base donde se implantan los senos, la cual es reducida, y al nacer de ahí el resto de la mama, no puede crecer de otra manera nada más que hacia delante y en forma de tubo.
Por otro lado, también se produce una implantación errónea del surco mamario, acoplándose éste en un lugar muy alto, por lo que la base de la mama es totalmente incorrecta, tanto en tamaño como en forma y en lugar de implantación, de ahí que las mamas sean asimétricas.
Por todas esas razones, es precisa una intervención quirúrgica que amplíe la base de la mama, y que se requiera de una expansión de la piel a través de implantes, ya que como es lógico ni siquiera la piel ha crecido, sino que se ha adaptado a la mama en su forma de crecimiento.
En cuanto a la forma de las areolas, se trata de un tamaño sobredimensionado respecto al conjunto del pecho, se encuentran curvos y mirando hacia abajo, y según cada caso, puede darse una forma u otra, en la mitad de los casos existe profusión areolar, donde la areola sobresale bastante, presentando lo que se llama herniación areolar de la mama tuberosa. En conjunto suelen presentar estrías en la mayoría de los casos.
Cada mujer, y en consecuencia cada seno con forma tuberosa, puede tener un grado de tuberosidad, es decir, en estos casos, las mamas crecen de manera muy independiente, y no siempre serán iguales en tamaño y forma, pudiendo presentar tres grados diferentes:
Los diversos tipos de mamoplastia que existen en cirugía plástica, son susceptibles de utilizarse en casos de mujeres con mama tuberosa, ya que cada una requerirá de unas correcciones para lucir un pecho correcto y normal.
Se podría remodelar el pecho con cirugía cutánea, poner un implante mamario para dar volumen, contorno y forma a la mama, y así armonizar con el resto de la silueta corporal, o incluso realizar una maxtopenia para corregir una caída llamativa del pecho, una reducción mamaria en el caso que se necesite, una redistribución glandular de aquellos segmentos que se encuentren atrofiados, para dar forma de mama al pecho tuberoso, o una elevación o bajada del surco mamario en todo su conjunto con la areola.
La operación de mama tuberosa tiene una duración aproximada de dos horas en los casos más complicados, y se realiza bajo anestesia general. Se suele estar en el hospital de medio día a un día, según lo considere el cirujano, por la evolución de la paciente y por cómo haya ido la intervención.
Durante la operación se dedica la primera parte de la misma, a corregir la anomalía morfológica del seno en forma de tubérculo, es decir, reducir y subir la areola, reconstruyendo el segmento mamario que se encuentre afectado, y según la mamoplastia más adecuada según el caso.
En todos los casos se suele realizar una compensación mamaria, es decir, ajustar las dos mamas para que se muestren simétricas y estéticas respecto al perfil corporal.
En cuanto al proceso post-operatorio se asemeja al proceso post-quirúrgico de un aumento de pecho, y en las 24 a 48 horas después la paciente volverá a su vida normal, sin tener que realizar esfuerzos ni movimientos que comprometan los músculos pectorales.
Durante un mes, se precisará de un sujetador concreto, para una mayor comodidad de la paciente, y una recuperación más leve, y en ese mismo plazo la mujer ya estará preparada para hacer vida totalmente normal.
Los resultados de una operación de mama tuberosa son excelentes, los senos tienen forma redondeada y son armónicos con el resto del cuerpo, aunque no es hasta el sexto mes después de la operación cuando se observarán los resultados definitivos.
Pacientes que presenten esta deformidad y deseen mejorar el aspecto estético de su pecho.
En cuanto al proceso post-operatorio se asemeja al proceso post-quirúrgico de un aumento de pecho, y en las 24 a 48 horas después la paciente volverá a su vida normal, sin tener que realizar esfuerzos ni movimientos que comprometan los músculos pectorales.
Los resultados de una operación de mama tuberosa son excelentes, los senos tienen forma redondeada y son armónicos con el resto del cuerpo, aunque no es hasta el sexto mes después de la operación cuando se observarán los resultados definitivos.
Por supuesto. Aunque se recomienda empezar progresivamente a partir de 1 mes desde la intervención.
Durante un mes, se precisará de un sujetador concreto, para una mayor comodidad de la paciente, y una recuperación más leve, y en ese mismo plazo la mujer ya estará preparada para hacer vida totalmente normal.
En cuanto al proceso post-operatorio se asemeja al proceso post-quirúrgico de un aumento de pecho, y en las 24 a 48 horas después la paciente volverá a su vida normal, sin tener que realizar esfuerzos ni movimientos que comprometan los músculos pectorales.
Con el programa de seguimiento específico de la Clínica Sarmentero tendrás a tu completa disposición un amplio y personalizado seguimiento de tu caso.
El Dr. Esteban Sarmentero Ortiz es especialista MIR en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora (Hospital Ramón y Cajal de Madrid). Ha realizado ampliaciones de formación en:
Es coautor de 4 libros y autor de numerosos artículos en revistas médicas nacionales e internacionales. Es miembro numerario de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE) y ejerce la actividad privada.
Mediante la cirugía reparadora, se reconstruyen partes del cuerpo dañadas.