La contractura capsular es una de las complicaciones más discutidas en el campo de la medicina estética y reconstructiva, especialmente en procedimientos de mamoplastia de aumento. Aunque la formación de una cápsula alrededor de los implantes mamarios es un proceso fisiológico normal, el problema surge cuando esta cápsula sufre una contractura patológica, generando molestias y posibles complicaciones que pueden requerir intervención quirúrgica. Este artículo explora en profundidad las causas, síntomas, clasificaciones y tratamientos de la contractura capsular, utilizando un lenguaje preciso propio de la medicina estética.
¿Qué es la Contractura Capsular?
Cuando se colocan implantes mamarios, el organismo genera una respuesta inmunológica normal formando una cápsula de tejido conectivo alrededor del implante. Esta cápsula actúa como una barrera protectora y es parte del proceso natural de cicatrización.
Sin embargo, en algunos casos, esta cápsula puede volverse anormalmente gruesa o contraerse de manera excesiva, generando una contractura capsular. Esta condición puede deformar la forma del pecho, causar dolor y limitar el movimiento, convirtiéndose en un problema clínico que afecta tanto la estética como la funcionalidad del pecho operado.
Clasificación de la Contractura Capsular
La contractura capsular se clasifica según la escala de Baker en cuatro grados, siendo los grados 2, 3 y 4 los más relevantes clínicamente:
- Grado 1: El pecho tiene un aspecto y textura normales. La cápsula es imperceptible.
- Grado 2: Hay una leve rigidez o firmeza al tacto, pero el pecho conserva una apariencia natural. Aunque no siempre requiere tratamiento, puede evolucionar.
- Grado 3: La firmeza es evidente y afecta la forma del pecho, haciéndolo visiblemente anormal. Generalmente, se recomienda intervención quirúrgica.
- Grado 4: Además de la deformidad, se presenta dolor significativo. La cápsula puede estar calcificada o asociada con inflamación crónica.
Causas y Factores de Riesgo
El encapsulamiento patológico puede desencadenarse por diversos factores:
- Reacciones inflamatorias crónicas: Pueden ser causadas por infecciones subclínicas, hematomas o seromas.
- Calidad del implante: Implantes texturizados tienen menor incidencia de contractura capsular comparados con los lisos.
- Técnica quirúrgica: Un mal manejo intraoperatorio puede aumentar el riesgo de formación de cápsulas anormales.
- Ubicación del implante: Los implantes colocados sobre el músculo (subglandulares) presentan mayor incidencia de contractura capsular en comparación con los submusculares.
- Predisposición genética: Algunos pacientes tienen una tendencia mayor a desarrollar fibrosis.
Síntomas de la Contractura Capsular
Los pacientes pueden experimentar una variedad de síntomas dependiendo del grado de contractura capsular:
- Firmeza o rigidez en la zona del implante.
- Deformidad visible en la forma del pecho.
- Dolor o sensibilidad al tacto.
- Sensación de tensión o tirantez.
- En casos avanzados, inflamación o enrojecimiento.
Es importante destacar que, ante la aparición de cualquiera de estos signos, se debe realizar una evaluación con un cirujano especializado para confirmar el diagnóstico y determinar el tratamiento.
Diagnóstico de la contractura capsular
El diagnóstico de la contractura capsular se basa en:
- Exploración física: Evaluación de la forma, textura y sensibilidad del pecho.
- Ecografía: Permite observar el estado de la cápsula y descartar la presencia de seromas o roturas del implante.
- Resonancia magnética: Es el método más preciso para evaluar el estado de los implantes y la cápsula.
Tratamiento
El manejo de la contractura capsular depende de la gravedad:
- Grados leves (1 y 2): En ocasiones, se pueden abordar con tratamientos no quirúrgicos, como masajes terapéuticos, ultrasonidos o medicación antiinflamatoria.
- Grados avanzados (3 y 4): Requieren intervención quirúrgica. Los procedimientos más comunes incluyen:
- Capsulectomía: Extracción de la cápsula fibrosa y reemplazo del implante.
- Capsulotomía: Incisión o liberación de la cápsula para reducir la tensión.
- Cambio de implante: Se opta por un implante de menor riesgo, como los texturizados o de poliuretano.
En algunos casos, la colocación submuscular del nuevo implante puede prevenir recurrencias.
Prevención
Aunque no se puede evitar completamente la contractura capsular, existen medidas que pueden reducir significativamente el riesgo:
- Selección de implantes de alta calidad y adecuados para las necesidades del paciente.
- Optar por técnicas quirúrgicas avanzadas que minimicen el trauma tisular.
- Uso de antibióticos profilácticos y técnicas de manejo aséptico en quirófano.
- Seguimiento postoperatorio regular para detectar y tratar posibles complicaciones tempranas, como seromas o infecciones.
EstebanSarmentero
Especialista MIR en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora (Hospital Ramón y Cajal de Madrid). Especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética por el Hospital Ramón Y Cajal (Madrid).
Especialista en Urología por el Hospital General Universitario Valencia.
Diploma Europeo del Láser Quirúrgico. París